martes, 23 de enero de 2007

El mar V (Nuestros Sueños)

El mar escucha sin descanso la silenciosa confesión de los recuerdos.
Una emoción incontenible, pero sin voz, sube del fondo de su pecho.
Donde las aguas son profundas como la muerte y el amor, hay un velero.
Bajo las olas pensativas el gran navío de la infancia está durmiendo.
En el abismo es su dulzura como un violín abandonado en un desierto.
Nido en el bosque tenebroso, llanto infantil en un camino solo y negro.
Su cuerpo mudo y solitario vive la vida de las flores y los ciegos.
Por lo callado y por lo solo parece un alma ensimismada en vez de un cuerpo.
Para su amor interminable todos los puertos de la tierra son pequeños.
Sólo este mar que nos escucha puede medir la soledad de nuestros sueños.
(Fragmento de Francisco Luis Bernárdez)

sábado, 20 de enero de 2007

El mar IV (La Soledad)







El mar sin rumbo y sin amparo busca refugio silencioso en nuestra frente.
Y el movimiento de las olas infatigables se apacigua lentamente.
Sobre las aguas angustiosas una quietud espiritual dicta sus leyes.
La eternidad las tranquiliza con la virtud maravillosa de su aceite.
En las tinieblas infinitas un gran misterio abre las alas para siempre.
Y en el abismo solitario todas las formas del olvido están presentes.
En vez de voces hay silencio, y aterradora soledad en vez de seres.
Donde hubo pájaros hay viento, y obscuridad y obscuridad donde hubo peces.
Nuestro dolor y el de las aguas están unidos en la paz de las rompientes.
Sólo este mar que nos conoce puede medir la soledad de nuestra mente.


(Fragmento de Francisco Luis Bernárdez)

El mar III (Nuestra angustia)


El mar pregunta por nosotros en el lenguaje de sus olas más obscuras.
(De tan sombrías, ni siquiera tienen la gracia luminosa de la espuma.)
Profundos son sus ojos negros, pero su voz es todavía más profunda.
Es necesario haber sufrido sin compasión para saber lo que murmura.
Las olas vienen de muy lejos a descansar en nuestro ser, una por una.
Vienen sin restos de naufragios y bajo cielos sin estrellas y sin luna.
No vieron islas encantadas, ni blancas velas, ni gaviotas vagabundas.
Desierto igual es imposible fuera del ser por quien suspiran y preguntan.
Sobre las olas desoladas el firmamento está distante como nunca.
Sólo este mar que nos invoca puede medir la soledad de nuestra angustia.

(Fragmento de Francisco Luis Bernárdez)

El mar II (Nuestras lágrimas)


El mar inunda nuestros ojos con la ternura temblorosa de sus aguas.

Y nos contempla largamente con la dulzura elemental de su mirada.

El poderoso sentimiento del mar sin fin tiene en un momento forma humana.

Y entre las aguas invasoras nuestra emoción es más profunda y más amarga.

Para el dolor alternativo de las mareas nuestro ser es una playa.

De nuestras venas son las olas que se suceden en las costas más lejanas.

Algo más grande que nosotros está despierto en nuestra voz abandonada.

Una pasión de carne y hueso tiembla en el pulso de las olas solitarias.

Manos de viento nos golpean el corazón y nos oprimen la garganta.

Sólo este mar que nos contempla sabe medir la soledad de nuestras lágrimas.

Fragmento de Francisco Luis Bernárdez

El mar I (Nuestras vidas)

El mar sin tiempo y sin espacio nos acaricia con sus olas comprensivas.
Su soledad es tan inmensa que se confunde con sus aguas infinitas.
Nadie lo habita, ni lo surca; nadie lo llama, ni lo escucha, ni lo mira.
Vive desnudo como el alma, con su profunda inmensidad por compañía.
No hay bienvenidas en sus puertos; ni en sus obscuros malecones despedidas.
Tanto las playas que desea como las playas que abandona están vacías.
Mudas están sus caracolas, y ya no alumbran sus estrellas submarinas.
De los veleros que lo amaron apenas hay reminiscencias imprecisas.
La tierra ignora nuestras dudas y el firmamento nuestras largas agonías.
Sólo este mar que nos comprende puede medir la soledad de nuestras vidas.

Fragmento de Francisco Luis Bernárdez

Oliver Wendell Holmes














"El caracol en su "caracola"

Este es el barco de nácar del cual los poetas hablan,
primitivo navegante de subterráneas cuevas
es venturosa la cáscara que arrojas,
en el dulce viento del verano.
Despliegas tus alas en encantados golfos,
donde las sirenas cantan,
y los arrecifes de coral yacen desnudos
acunando trémulas ondinas
que elevan al sol mojadas cabelleras.

Ya sus velas de agitada gasa no despliega,
envejece el navío nacarino,
encerrado en su prisión de perla
donde sus sueños de vida, ya no moran.
Y como un débil inquilino,
formó su concha cada vez más gruesa
pero revelada la mentira en que vivía
vio el alquiler de su irisado techo
en oscura cripta convertido.

Año tras año contempló
su labor silenciosa
que desplegó su lustrosa caracola,
más inmóvil, al crecer la espiral,
abandonó la que fue su morada
en los pasados años
por la nueva,
y deslizándose bajo el arco brillante,
con suave paso,
construyendo una puerta innecesaria,
se amolda a su nuevo hogar,
sin recordar más el antiguo.

Gracias por el celestial mensaje que me traes,
hijo del tumultuoso mar,
expulsado de tus orígenes, los olvidas.
De tus mudos labios sale una nota
más elocuenteque las emitidas
por el cuerno enroscado de Tritón;
mientras resuena en mis oídos,
a través de las profundas grutas del pensamiento,
una voz que canta:

“Construye mansiones más duraderas ¡alma mía!
según las veloces estaciones ruedan
abandona tus criptas ya surcadas.
Haz que cada templo nuevo,
sea más noble que el pasado;
abarca un espacio celeste más ancho
hasta que por fin te liberes
arrojando tu concha subterránea,
por el océano movedizo de la vida."

miércoles, 17 de enero de 2007

Jacques MARITAIN



"El drama de nuestra civilización no proviene de que haya cultivado y amado la ciencia en un grado muy elevado, sino que ha amado la ciencia contra la sabiduría"



lunes, 15 de enero de 2007

sábado, 13 de enero de 2007

"La Grandeza del mar"

¿Tú sabes por qué el mar es tan grande?
¿Tan inmenso?
¿Tan poderoso?
¿Y por qué tiene la humildad de colocarse algunos centímetros abajo de todos los ríos?
Sabiendo recibir, se tornó grande.
Si quisiese ser el primero y estar unos centímetros encima de todos los ríos,
no sería mar...sino una isla.
Toda su agua iría para los otros y estaría aislado.
La pérdida es una parte de la vida.
La derrota es una parte de la vida.
La muerte es una parte de la vida.
Es imposible que vivamos sin esto.
Precisamos aprender a perder, a caer, a errar, a morir.
Imposible ganar sin saber perder.
Imposible dudar sin saber caer.
Imposible acertar sin saber errar.
Imposible vivir sin saber vivir.
Si aprendes a perder, a caer, a errar, nadie más te podrá controlar.
Porque lo máximo que te podrá suceder es caer, errar y/o perder.
Y esto vos ya lo sabés.
Bienaventurados aquellos que consiguieron recibir con la misma naturalidad el ganar o perder...
El acierto y el error,el triunfo y la derrota,la vida y la muerte.
Recuerden siempre que el Éxito es...Ser Feliz...El resto es consecuencia.

Cecília Meireles



"Hay personas que nos hablan y ni las escuchamos;

Hay personas que nos hieren y no dejan cicatriz

pero hay personas que simplemente aparecen en

nuestra vida y nos marcan para siempre."



viernes, 12 de enero de 2007

John Donne

Seducción



Ven a vivir conmigo, y sé mi amor,
y nuevos placeres probaremos
de doradas arenas, y arroyos cristalinos;
con sedales de seda, con anzuelos de plata.

Discurrirá entonces el río susurrante
más que por el sol, por tus cálidos ojos,
y allí se quedarán los peces enamorados,
suplicando por tus ojos ser mirados.

Cuando tú en ese baño de vida nades,
los peces todos de todos los canales
hacia ti amorosamente nadarán,
más felices de alcanzarte, que tú a ellos.